Montse Martín ganó el Premio a Mejor Artista Revelación en el pasado ExpoComics 2011 por el libro “Curiosity Shop”, con guión de Teresa Valero, dibujo de Montse Martín y color de Montse Martín y Gabor, editado por Glénat.
¿Cuanto tiempo tardó en gestarse y realizarse esta idea, desde el guión de Teresa Valero, tu trabajo y el de Gabriel López (Gabor), hasta verlo finalmente en las librerías?
Normalmente la editorial por contrato te concede un año para elaborar un álbum de 46/52 páginas. Aunque Teresa y yo hicimos un trabajo previo, durante un par de meses, para preparar la presentación del proyecto a las editoriales, en el que se decidió más o menos el tono de la historia, los personajes y los ambientes. Pero podemos decir que le dedicamos poco más de un año, más o menos, desde la creación del guión hasta la publicación del tomo.
En la cronología del libro, vemos una serie de referencias a fechas históricas, y en el prólogo se hace referencia a la primera fecha (Alejandría), ¿forman parte de la trama estas fechas, tienen conexión entre ellas?
Las fechas que aparecen son informativas. Queríamos aclarar al lector el tiempo y los acontecimientos históricos más importantes transcurridos desde Alejandría hasta la Primera Guerra Mundial, tocando los puntos de interés para la trama y para resaltar la importancia del entendimiento (o la falta de él) entre los seres humanos, que es tema de peso en esta historia. Nos parecía que ayudaba a entrar en el tebeo, una forma rápida para ayudar a ubicarse dentro de la historia y observar las posibles similitudes entre las revueltas de los primeros cristianos contra los paganos y la agresión constante hacia los judíos.
La protagonista es una chica de 13 años que demuestra una gran madurez poco común en nuestros días, ¿crees que esto puede alejar a las generaciones más jóvenes o crees que puede hacer que los jóvenes se interesen más por el cómic?
En nuestros días, en nuestro mundo actual, nos parece muy complicado encontrar a una persona metida en tantas dificultades desde tan joven. Pero en los años en que vive Max, esto era mucho más frecuente, ¿quién no tiene familiares más o menos cercanos que han trabajado desde la infancia, que sufrieron penalidades gravísimas a edades tempranas?. Mi padre tuvo que trabajar desde los ocho o nueve años, mis tías fregaban las casas de gente adinerada y cuidaban de los niños ricos siendo ellas mismas unas niñas, mi madre quedó huérfana de padre siendo niña y pasó la infancia internada en tristes colegios… Nos parece increíble, pero apenas unas generaciones atrás la infancia estaba casi totalmente desasistida. Estos niños aprendían a arreglárselas solos para comer todos los días y mantener a sus familias. Sólo hay que echar un vistazo a otros países en los que esto no sólo sigue ocurriendo, sino que lo hace con toda virulencia.
No sé a ciencia cierta si éste tema puede atraer o repeler a la gente joven, la personalidad de Max está construida a medias sobre nuestros propios recuerdos de adolescencia. En esa edad complicada eres capaz de hacer las cosas más tontas y luego comportarte de manera totalmente responsable. No eres un niño pero aun no eres adulto y la ignorancia ante el mundo y ante los comportamientos de los demás te coloca en situaciones siempre sorprendentes y aleccionadoras. Es la edad del cambio y del aprendizaje.
¿Qué estilos artísticos o artistas te han inspirado durante la elaboración de este libro?
Bueno, como la idea básica era darle la mayor verosimilitud posible, intentamos siempre acudir a las fuentes, es decir, documentarnos muy bien en todos los aspectos posibles. Por eso la portada la pensamos desde el principio en estilo modernista, por ejemplo. En Europa el Modernismo estaba ya de capa caída y se estilaba más el Art d’ecó, pero en España aun se usaba muchísimo tanto en las publicaciones periódicas, en los cuentos infantiles o en la arquitectura. Me gustaría que en los siguientes tomos las portadas siguieran los diferentes estilos de cada época o de cada país al que nuestra protagonista viaje, porque tenemos la idea de que sea una chica muy viajera. Así que en este primer tomo Alfons Mucha -aunque salvando las distancias- tiene mucha importancia.
En cuanto al tebeo en si hablando de realización o de acabados, he acudido a muchísimos tebeos que se han terminado convirtiendo en maravillosos manuales de consulta: “Barcelona al Alba” de Alfonso Font, “Jazz Maynard” de Raule y Roger, “En carne viva” y “Dieter Lumpen” de Rubén Pellejero, “Thorgal” de Rosinky y Van Hamme, “Torpedo” de Abulí y Bernet… En fin, me dejo a muchos en el tintero. Hay que mucho que aprender de los grandes maestros.
¿Puedes contarnos algún truco o estrategia que hayas descubierto para los momentos difíciles?
En los momentos difíciles no tengo “estrategias”, sino un modo de trabajo aprendido desde el estudio de animación y que es muy sencillo: primero resuelvo un problema y después, el siguiente. Me explico: cuando leo los guiones de Teresa me siento en ocasiones muy sobrepasada, soy consciente de que tengo que aprender a dibujar cosas que no conozco, que no he hecho nunca y que me resultan muy complicadas. Así que divido los problemas, primero me enfrento al story en si, cómo queremos contar las cosas, la página de manera global, qué puntos de vista pueden ser interesantes, qué tal quedan los textos. Y dejo para el día siguiente el tema de la documentación. Después me preocupo del lápiz, la tinta, la ambientación… voy resolviendo poco a poco los problemas que se me plantean. Parece una simpleza, pero cuando lees un guión, te entran muchas ganas de hacerlo todo de golpe y puede resultar frustrante.
Vemos pocas autoras y ilustradoras que se dediquen al cómic, ¿crees que el mundo del cómic es más difícil para una mujer?
Es cierto que las mujeres somos hoy una minoría en España, pero creo firmemente que esto no es fruto de dificultades ante nuestro genero, sino una mera cuestión de inclinación, de interés hacia un trabajo u otro. Te aseguro que a los editores les interesa muy poco ese tema; les importa que tu trabajo sea de calidad y se acabó. Si echamos un vistazo al mercado japonés, por ejemplo, vemos una gran masa de dibujantes femeninas, y siempre tenemos la idea de que es un país muy machista, ¿verdad? Así que, si te interesa ejercer una profesión, ser mujer no debería causar dificultad ninguna. Las generaciones anteriores si soportaron presión en ese sentido, pero no sólo en el ámbito del tebeo, sino en cualquier situación profesional; la mujer que se casaba dejaba de lado cualquier cosa que no fuera la dedicación total a la familia. Hay que quitarse ya mismo esta idea de la cabeza, igual que hay fantásticas escritoras, no hay que extrañarse ante el hecho de que haya maravillosas dibujantes y guionistas, como Purita Campos, Ana Miralles, Emma Ríos, Aurora y Diana de Estudio Kosen, Mary Paz Villar, Maitena, Posy Simmonds, Teresa Valero, Claire Wendling, Claire Bretecher, etc..
¿Podrías dar algún consejo a los y las que están empezando?
No me siento la más indicada para dar consejos, honestamente: acabo de empezar a trabajar en el mundo del cómic. Aunque me imagino que cualquier dibujante con años de experiencia a sus espaldas me diría que hay que tener paciencia, echar muchas horas ante la mesa de dibujo y estudiar a los que estuvieron antes.
